lunes, 4 de enero de 2010

Carta abierta de un zurdo arrepentido

Hablemos el mismo idioma es el nombre del tema que estás escuchando. Descubrí en los últimos días de 2009 tras la renuncia de Abel Posse como Ministro de Educación que efectivamente estamos hablando el mismo idioma. Lamentablemente es el de la confrontación.

Los grupos de Facebook como "Odio a Nestor y Cristina Kirchner" tienen su contrapartida en otros como por ejemplo "Decile NO a Posse como ministro de educación" o peor "500.000 personas para que Macri se vaya". Y por las razones que siguen, me desvinculé de los dos últimos a los que me había unido.

Es triste verse a uno mismo en el espejo y darse cuenta de que uno está del otro lado, ya no como efecto óptico. Triste cuando no es la imagen de uno la que está del otro lado; sino uno mismo. Realmente se clamó por la renuncia de Posse. Y se clama por la renuncia de Macri. Así como también por la renuncia de Cobos (incluso desde su propio partido). Y también por la renuncia de Cristina. Aunque el colmo de la conflictividad es el ardor con que se reclama por la renuncia de Nestor Kirchner al "doble comando" de la presidencia (antes decían que ella lo mandoneaba, ¿Te acordás?).

Las dos caras de la democracia.

Está previsto en la constitución el derecho a huelga y son lícitas las manifestaciones y los reclamos pacíficos del pueblo hacia sus representantes. Cuando un gobernante está sospechado de incumplimiento de sus funciones o incurre en actos de corrupción, el pueblo -por medio de instrumentos legales, marchas, vía las instituciones o en el centro comunal (CGP) correspondiente- tiene el derecho de reclamar que sus representantes cumplan con su función. El sistema democrático -cuando funciona de manera ideal- dispone estas herramientas para que el gobierno sea realmente del pueblo. Para que la cosa (Res, en latín) sea de verdad pública (República) y con un pueblo (Demos) al poder o gobernando (Cratos). O sea, está estipulado en una República Democrática: "cosa del pueblo manejada por el pueblo", que todos tengamos injerencia en la toma de decisiones que afectan el estado actual y el rumbo futuro de nuestras vidas.

Pero, ¿Cuál es el límite del "reclamo pacífico"? Conflicto no es sinónimo de Paz. Así como Discusión redunda en Pelea en vez de ser el equivalente de Debate. Por último, pedido de renuncia -cuando está tan ampliamente utilizado como en Argentina y América Latina- corre el gravísimo peligro de derivar en un instrumento anti-democrático. De modo tal que propicia la debilitación de las instituciones democráticas creadas para fiscalizar y transparentar la gestión pública. Estas instituciones como Defensa del Consumidor, INADI, Consejo de la Magistratura, Inspección General de Justicia, son algunas de las muchísimas instancias a las que cualquier ciudadano puede apelar cuando ve sus derechos socavados o sus libertades limitadas.

La Autocrítica

Finalmente, ¿Qué queda? ¿Se pueden pedir renuncias? Sí. Se puede como se le puede decir Facho a Macri. O Yegua a Cristina. Gracias a la amplia libertad de expresión que -a pesar de lo que dicen algunos- está muy felizmente instalada.
Pero medir las palabras y buscar acuerdos es difícil. Lo que pasa es que si cada uno de nosotros nos hacemos cargo del poder que tenemos (y ese poder conlleva una responsabilidad, no es gratis) vamos a fortalecer el gobierno del pueblo y nos vamos a apropiar de esa cosa en vez de castigarla y apedrearla. ¡Y se debe notar que castigar a la república es castigar al pueblo! ¿Masoquistas nosotros?

La solución

La Democracia Directa a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (DDxTIC) puede acercar a la gente a participar. Cada uno en lo que le interesa y le preocupa. Sumandose a la toma de decisiones. Participando. Yo integro un proyecto que busca -lentamente y con dificultad- instalar un banco de pruebas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

Para que hablemos el mismo idioma y sea para entendernos, en vez de destruirnos, creo que es muy necesario que todos hagamos constante autoobservación para ver y corregir nuestras contradicciones y para mirar menos los errores de los demás.


Además:
Sigo viendo la saga Presidentes de Latinoamérica. Que no es neutra. Es sesgada. Porque es personal. Así que a mirarlo con alegría por la unión de la región, pero con cautela porque las cadenas se rompen por los eslabones más débiles. A esta la creo la parte más reveladora de la entrevista con Uribe.
Publicado por Unknown a las 6:45 p. m. |  
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